MIEDO A LA SOLEDAD

Los seres humanos somos sociales por naturaleza, necesitamos de la compañía de los demás, de una comunidad.

La soledad es un sentimiento que la gran mayoría hemos experimentado alguna vez.  Es una condición de malestar emocional que surge cuando una persona se siente incomprendida o rechazada por otros; o carece de compañía para las actividades o para lograr intimidad emocional. Es decir, es la falta de contacto con otras personas que genera sentimiento de vacío, aislamiento y ansiedad. Es la experiencia de que algo nos falta.

Puede ser de varios tipos:

  • Elegida: querer estar sólo de manera voluntaria.
  • Natural: estar sólo sin haberlo deliberado por distintas circunstancias.
  • Objetiva: realmente no tener a nadie.
  • Subjetiva: sentirse sólo aunque se esté rodeado de gente. Lo que conlleva vacío, falta de control, inutilidad y de amenaza personal.

A veces la soledad puede estar influenciada por ciertas características personales: timidez o introversión, que provocan que tú mismo te aísles. Y es que, a veces, por evitar el miedo al rechazo, las personas se acaban aislando.

Hay un término denominado “Autofobia o hemerofobia” que consiste en un  miedo intenso y desproporcionado a estar sólo, que es excesivo e irracional. Tiene 2 formas:

  • Miedo a estar sólo en un determinado lugar: es secundario a otros miedos. Ej. Miedo a tener ataque de pánico y no tener a quien recurrir. Es decir, es un miedo a que me suceda solo y no pueda tener ayuda.
  • Miedo a la soledad: es el miedo a la sensación de abandono. Hace que se pierda la confianza, nuestras capacidades emocionales y afectivas. Se refleja en un sentimiento de desvalimiento y de imposibilidad de autonutrirnos tanto emocional como afectivamente. Es el miedo a quedarnos sólo con nosotros mismos, porque implica enfrentarnos al vacío, al aislamiento y a la propia definición personal.

El miedo tiene distintos componentes: fisiológico (palpitaciones, sudoración, taquicardia,..), cognitivo (pensamientos y rumiaciones en torno a este aislamiento) y conductual (buscar constantemente la compañía de los demás, evitar quedarse sólo…).

Ante cualquier miedo, la tendencia natural es evitarlo. Lo que puede provocar que se caiga en la dependencia emocional. En esa necesidad constante de que alguien esté a nuestro lado para sentir protección. Es por ello que, a veces, se mantienen relaciones (de pareja, de amistad…) con personas con las que no existe buena relación. Lo que implica que toleremos cualquier trato con tal de mantener a esa persona a nuestro lado para no sentirnos solos.

La mayoría de nuestro miedo a la soledad proviene de nuestras ideas acerca de la soledad. Nuestra historia, cultura y educación emocional nos hace acaparar parte de esas ideas, que muchas, son irracionales.

Normalmente se rechaza la soledad, no sólo por el hecho de sentirse solos o aislados, si no a ser considerados solos, es decir, por la imagen que se proyecta socialmente. Tendemos a pensar en nuestra vida más como un escaparate que como una vida.

¿Cómo superarlo? Aprender a habitarnos, no a evitarnos.

Habitarse es descubrirse, pasar tiempo con nosotros mismos. Tomamos el espacio y el tiempo con nosotros mismos con resignación, como una compañía no deseada. Estar sólo no es estar desconectado. Estar con uno mismo es tener todas las posibilidades.

Muchos intentan mantener relaciones de pareja para no sentirse solos. Pero no piensan en las consecuencias de tener pareja, e incluso, llegan a sentirse solos estando en pareja. Porque lo que se piensa es que cambiando de estado deja de existir el problema, pero no es así. El problema es que no eres capaz de estar contigo mismo, de habitarte, y por lo tanto aunque se cambie de estado, uno, se sigue sintiendo sólo. Nos llevamos los problemas de un estado a otro.

Examina estas ideas. Por ejemplo podemos decirnos:

  • “Una vida sin pareja es horrible”: el problema no es tener pareja si no estar con alguien a quien no quieres por no estar solo, porque al final no eliges con quien quieres estar
  • “Si estamos sólo es porque nos pasa algo malo”: lo que falla realmente es que nos da más miedo parecer que estamos solos, que realmente estarlo.
  • “No estoy solo porque lo paso fatal estando solo”: se pasa fatal si estás solo si te machacas escuchando a tu crítico interno con pensamientos obsesivos de que no vas apodera hacer nada en la vida
  • “No tengo a nadie”: tenemos que escoger nuestras palabras. Estas rodeado de gente con la que poder interactuar. Pero quizá hay que aprender a relacionarnos con ellos adquiriendo hhss.

 

Si piensas que no puedes afrontar este miedo puedes contactar conmigo a través de psicologiaclara.com o llamando al 622340288.

1 comentario en “MIEDO A LA SOLEDAD

Deja un comentario