En algunas culturas se entiende la autocompasión como algo negativo, asociado al sentimiento de lástima y victimización hacia nosotrxs mismxs, la tendencia a buscar culpables, vivir en la queja y la incapacidad de buscar soluciones. Pero nada más cerca de la realidad.
La autocompasión consiste en tratarte del mismo modo en que tratarías a unx amigx que estuviera atravesando por un momento difícil. La cultura occidental pone mucha importancia en ser amables con nuestrxs amigxs, con nuestra familia y con nuestrxs vecinxs cuando atraviesan un problema, pero no hace lo mismo cuando la persona que se halla ante esta circunstancia somos nosotrxs mismxs.
La autocompasión nos enseña a familiarizarnos con nosotrxs y a dejar de boicotearnos.
Tiene 3 componentes principales:
- La atención plena (mindfulness): Ser conscientes de y estar abierto al propio sufrimiento individual.
- Bondad amorosa: Ser amable y no condenarse a sí mismo. Atenderse de forma afectuosa.
- Humanidad compartida: La consciencia de compartir las vivencias de sufrimiento con los demás en lugar de sentirse solo y avergonzado. Todxs sufrimos.
¿En qué se diferencia de la autoestima?
La autocompasión puede parecer similar a la autoestima, pero son diferentes en varios aspectos. La autoestima se refiere a nuestro sentido de auto-valía, de valor percibido. Sabemos que la baja autoestima es problemática y, a menudo, conduce a la depresión y la falta de motivación, pero tratar de tener una gran autoestima también puede ser contraproducente.
En la cultura occidental moderna, la autoestima se basa a menudo en lo diferentes que somos de los demás, lo mucho que destacamos o lo especiales que somos. En nuestra sociedad, no está bien ser normal, sino que tenemos que sentirnos por encima de la media para estar bien con nosotrxs mismxs. A veces los intentos de elevar la autoestima pueden provocar comportamientos narcisistas, egocéntricos, o nos pueden llevar a despreciar a otras personas para hacernos sentir mejor con nosotrxs mismxs. La necesidad de una alta autoestima puede animarnos a ignorar, distorsionar u ocultar los propios defectos. Además, nuestra autoestima a menudo depende de si tenemos éxito o fracaso, lo cual implica que fluctúa en función de circunstancias.
Sin embargo, la autocompasión no se basa en la autoevaluación. La gente siente compasión por sí misma, porque todos los seres humanos merecemos comprensión, no porque poseamos unas características especiales. Es decir, no tenemos que sentirnos superiores a los demás para estar bien con nosotrxs mismxs. La autocompasión también permite una mayor auto-claridad, porque las faltas personales pueden ser reconocidas con amabilidad y sin ocultarlas. Las investigaciones indican que, en comparación con la autoestima, la autocompasión se asocia con una mayor capacidad de recuperación emocional, con autoconceptos más precisos y con comportamientos de relación más solidarios, y menor narcisismo.